04 noviembre 2010

A veces la almohada no es buena consejera


Aquí estoy, a las 3 menos cuarto de la mañana sin poder dormir, dándole vueltas en mi cabeza en cuál debe ser mi siguiente paso... en si debo esperar a estar más segura o lanzarme y que sea lo que Dios quiera.

Cuando tomas una decisión y estás realmente convencida de ella, aunque en tu corazón o en tu cabeza haya una mínima duda te sientes orgullosa de haberla tomado, sobre todo si al día siguiente tus pensamientos siguen siendo los mismos, es como si te sintieras liberado de una gran carga.

Pero qué dificil es cuando todo es inseguridad, cuando quieres hacer algo pero no sabes hacía dónde te deparará la decisión que tomes, o de cómo afectará a las personas que están a tu alrededor o que realmente son partícipes, aún sin saberlo, de tus pensamientos.

Y aquí estoy hecha un lío, dándome cuenta de que a veces cometemos fallos que creemos serán fáciles de solucionar, pero que llegado el momento se hacen una montaña en nuestra cabeza.

Por un lado pienso: ¿Y si lo que quiero no es lo que quiere la otra persona? ¿y si perdi toda oportunidad con mi anterior decisión? ¿y si quedo como una tonta después de hacer mi propuesta?

Pero por otro lado esta: ¿Y si dejo pasar la oportunidad? ¿Y si lo que estan esperando es que cambie de idea?...

Que complicado lo hacemos todo!!!!

Cuando hago algo que puede afectar a más personas intento ser muy cauta, no me gusta jugar con los sentimientos de la gente. Pero ahora los que están en juego son los míos propios y es cuándo más dificil se me hace saber qué debo hacer...

Si al menos tuviera una señal, algo que me hiciera ver por dónde debo tirar...

No hay comentarios: