31 diciembre 2010

Hacemos el balance de lo Bueno y Malo


Lo confieso, he empezado a escribir esta entrada con un mes de antelación, pero no quería que se me pasara nada y para eso está el hacer las cosas con tiempo, a fuego lento, para que no se quede nada de este 2010 en el cajón desastre de la memoria.

La verdad es que este 2010 ha estado cargadito de sorpresas muchas buenas, algunas regulares y de las pocas malas, hay una en especial que nos ha dejado un sabor amargo.

Enero, Como se suele decir Año Nuevo Vida Nueva, y para empezarlo en condiciones nada de levantarse con resaca, eso sí, mi concierto de año nuevo no me lo cambia nadie. Los Reyes me trajeron un hermoso regalo en forma de amistad, que bueno es reencontrarte con los buenos amigos, esos con los que puedes hablar como si nada aunque lleveis años sin veros. Esos que te dan un abrazo cuando lo necesita y te dan ese consejo que siempre está presente. "Gracias descatao" ya sabes que te debo un montaito con su copita de vino en Morales...

Febrerillo el loco, mi preferido... además de frío me regaló un año más de sabiduría y experiencia y por qué no decirlo de belleza y es que con 31 me veo hasta más guapa... tras mis carnavales un soplo de levante hizo que mi destino cambiara de rumbo... pero esas cosas siempre suceden para bien.

En marzo y el principio de la primavera me hicieron salir y entrar, consolidar nuevas amistades: mis adorados Italianos!!!! Ellos terminaron de sacarme del profundo pozo en el que yo me metí durante el 2009. Nunca tendré con qué agradeceroslo.

Abril se llenó de color, la ilusión de comenzar en un nuevo trabajo y el propósito de disfrutar de la feria por partida doble y es que había que enmendar la catastrófica feria de 2009...

Mayo... ¿qué decir de Mayo? Mayo simplemente es Vaujaus, un mes de ilusiones, de nervios... Como diría Juan Carlos Aragón "De todas las que vengo a verte, prefiero las noches de Mayo"... y es que este mes aún siendo un poco agridulce para mí es un mes en que la unión de pequeñas cosas lo hacen muy grande.

Este año Junio fue un mes triste, y es que no te das cuenta de lo fuerte que puede llegar a ser un pilar hasta que cae. Siempre te echaré de menos.

Julio nos trajo muchas horas de trabajo, mucho calor, muchas risas, tardes de piscina, barbacoa vaujera con tirada de cartas incluidas (Por cierto "pitonisa" que sigo esperando al castaño...), nuevas amistades, y el comienzo de una bonita historia...

Agosto vino con más calor, más trabajo, más horas de piscina, un par de días de playa, un fin de semana en Córdoba, Mojitos y muchas noches de risas entre amigos, y de un inolvidable concierto de música clásica en medio del Parque de Maria Luisa.

Septiembre me regaló un precioso viaje a París, pero también puso fin a la historia que empezó en Julio... amores de verano se marchitan con las primeras gotas de lluvia....

Octubre fue el mes de las bodas: 3x1. Y de una Gran Noticia, una sorpresilla que poco a poco ya empieza a saberse y que mes a mes se va gestando ;) Deseando estoy que llegue mediados de Junio...

Noviembre: Vuelta a la ilusión teatrera, vuelta a los ensayos y vuelta a la normalidad en todos los sentidos. Me siento bien conmigo misma y eso es lo importante.

Diciembre: Tournée teatrera, Nacimiento y adornos navideños, risas, comidas de Navidad, reencuentros con antiguos amigos y el nacimiento de Abril en pleno invierno...

Esto y mucho más ha sido mi 2010. Sólo espero que 2011 sea al menos igual en todos los sentidos y es que cuando tienes a tu alrededor gente que te quiere todo lo demás viene solo.

13 diciembre 2010

Toda la verdad sobre Los Reyes Magos



Apenas su padre se había sentado al llegar a casa, dispuesto a escucharle como todos los días lo que su hija le contaba de sus actividades en el colegio, cuando ésta en voz algo baja, como con miedo, le dijo:
- ¿Papa?
- Sí, hija, cuéntame
- Oye, quiero... que me digas la verdad
- Claro, hija. Siempre te la digo -respondió el padre un poco sorprendido
- Es que... -titubeó Blanca
- Dime, hija, dime.
- Papá, ¿existen los Reyes Magos?

El padre de Blanca se quedó mudo, miró a su mujer, intentando descubrir el origen de aquella pregunta, pero sólo pudo ver un rostro tan sorprendido como el suyo que le miraba igualmente.
- Las niñas dicen que son los padres. ¿Es verdad?

La nueva pregunta de Blanca le obligó a volver la mirada hacia la niña y tragando saliva le dijo:
- ¿Y tú qué crees, hija?
- Yo no se, papá: que sí y que no. Por un lado me parece que sí que existen porque tú no me engañas; pero, como las niñas dicen eso.
- Mira, hija, efectivamente son los padres los que ponen los regalos pero...
- ¿Entonces es verdad? -cortó la niña con los ojos humedecidos-. ¡Me habéis engañado!
- No, mira, nunca te hemos engañado porque los Reyes Magos sí que existen -respondió el padre cogiendo con sus dos manos la cara de Blanca .
- Entonces no lo entiendo. papá.
- Siéntate, Blanquita, y escucha esta historia que te voy a contar porque ya ha llegado la hora de que puedas comprenderla -dijo el padre, mientras señalaba con la mano el asiento a su lado.

Blanca se sentó entre sus padres ansiosa de escuchar cualquier cosa que le sacase de su duda, y su padre se dispuso a narrar lo que para él debió de ser la verdadera historia de los Reyes Magos:

- Cuando el Niño Jesus nació, tres Reyes que venían de Oriente guiados por una gran estrella se acercaron al Portal para adorarle. Le llevaron regalos en prueba de amor y respeto, y el Niño se puso tan contento y parecía tan feliz que el más anciano de los Reyes, Melchor, dijo:
- ¡Es maravilloso ver tan feliz a un niño! Deberíamos llevar regalos a todos los niños del mundo y ver lo felices que serían.
- ¡Oh, sí! -exclamó Gaspar-. Es una buena idea, pero es muy difícil de hacer. No seremos capaces de poder llevar regalos a tantos millones de niños como hay en el mundo.

Baltasar, el tercero de los Reyes, que estaba escuchando a sus dos compañeros con cara de alegría, comentó:
- Es verdad que sería fantástico, pero Gaspar tiene razón y, aunque somos magos, ya somos ancianos y nos resultaría muy difícil poder recorrer el mundo entero entregando regalos a todos los niños. Pero sería tan bonito.

Los tres Reyes se pusieron muy tristes al pensar que no podrían realizar su deseo. Y el Niño Jesús, que desde su pobre cunita parecía escucharles muy atento, sonrió y la voz de Dios se escuchó en el Portal:
- Sois muy buenos, queridos Reyes Magos, y os agradezco vuestrosregalos. Voy a ayudaros a realizar vuestro hermoso deseo. Decidme: ¿qué necesitáis para poder llevar regalos a todos los niños?
- ¡Oh, Señor! -dijeron los tres Reyes postrándose de rodillas. Necesitaríamos millones y millones de pajes, casi uno para cada niño que pudieran llevar al mismo tiempo a cada casa nuestros regalos, pero. no podemos tener tantos pajes., no existen tantos.
- No os preocupéis por eso -dijo Dios-. Yo os voy a dar, no uno sino dos pajes para cada niño que hay en el mundo.
- ¡Sería fantástico! Pero, ¿cómo es posible? -dijeron a la vez los tres Reyes Magos con cara de sorpresa y admiración.
- Decidme, ¿no es verdad que los pajes que os gustaría tener deben querer mucho a los niños? -preguntó Dios.
- Sí, claro, eso es fundamental - asistieron los tres Reyes.
- Y, ¿verdad que esos pajes deberían conocer muy bien los deseos de los niños?
- Sí, sí. Eso es lo que exigiríamos a un paje -respondieron cada vez más entusiasmados los tres.
- Pues decidme, queridos Reyes: ¿hay alguien que quiera más a los niños y los conozca mejor que sus propios padres?

Los tres Reyes se miraron asintiendo y empezando a comprender lo que Dios estaba planeando, cuando la voz de nuevo se volvió a oír:
- Puesto que así lo habéis querido y para que en nombre de los Tres Reyes Magos de Oriente todos los niños del mundo reciban algunos regalos, YO, ordeno que en Navidad, conmemorando estos momentos, todos los padres se conviertan en vuestros pajes, y que en vuestro nombre, y de vuestra parte regalen a sus hijos los regalos que deseen. También ordeno que, mientras los niños sean pequeños, la entrega de regalos se haga como si la hicieran los propios Reyes Magos. Pero cuando los niños sean suficientemente mayores para entender esto, los padres les contarán esta historia. Y, alrededor del Belén, recordarán que gracias a los Tres Reyes Magos todos son más felices.

Cuando el padre de Blanca hubo terminado de contar esta historia, la niña se levantó y dando un beso a sus padres dijo:
- Ahora sí que lo entiendo todo papá.. Y estoy muy contenta de saber que me queréis y que no me habéis engañado.

Y todos se abrazaron mientras, a buen seguro, desde el Cielo, tres Reyes Magos contemplaban la escena tremendamente satisfechos.